(Harmony Korine, 2012)
Cuatro amigas universitarias pasan la vacaciones primaverales de su vida, a toda costa y a quien pese: drogas, sexo y violencia son su cocktail favorito.
Visualmente apabullante pero argumentalmente justita, esta cinta firmada por uno de los 'chicos malos' del cine independiente americano por antonomasia, Harmony Korine, es un ejercicio de estilo en toda regla que nace con el firme propósito de escandalizar (aunque quizás sea su película más mainstream, que no buenrollera). La historia y los personajes con excusas que poco a poco se le van yendo de las manos hasta que hacia el final suena un gran "a tomar por culo" en la mente de Korine y a la cinta definitivamente se le va la olla (que no es algo malo de per se).
Lo mejor: el diseño de la película con esos colores dañinos para las córneas.
Lo peor: pretende ser más transgresora de lo que realmente es.
(y de Harmony Korine me quedo con 'Mister Lonely', la única película suya que he visto que no me hace sentir sucio, sino todo lo contrario. Surrealista y preciosa.)
